Universidad y ¿desarrollo local? La experiencia de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca

Evangelina Zepeda García*; Rocío Guadalupe Bravo Salazar**

*. Universidad Marista de Querétaro, México. (evazega@hotmail.com), Universidad Marista de Queretaro, Universidad Marista de Querétaro, Mexico, E-mail: , **. Investigadora de tiempo completo adscrita al Instituto de Estudios Municipales de la Universidad de la Sierra Sur, México. (rbravo@gmx.com), Universidad de la Sierra Sur, Instituto de Estudios Municipales, Universidad de la Sierra Sur, Mexico, E-mail:



Resumen

En un lapso de quince años, Miahuatlán de Porfirio Díaz ha modificado sus condiciones de vida con la llegada de estudiantes, profesores y administrativos que demandan servicios y contribuyen a dinamizar la economía local. A través de la investigación de campo se recoge la información de quienes han atestiguado los cambios en la ciudad. Se utilizan fuentes documentales que permiten comprender el impacto que ha tenido en Miahuatlán la llegada de una universidad pública. Asimismo, se plantea la necesidad de considerar el papel de las universidades como formadoras de capital humano e impulsoras de la economía de los lugares en los que se asientan, así como la importancia de diseñar políticas que impulsen este tipo de actividades que detonan desarrollo desde lo local.

Received: 2018 September 11; Accepted: 2018 December 5

tla. 2020 Jun 1; 13(47)

Keywords: Palabras clave: Universidad, desarrollo local, industria universitaria.
Keywords: Keywords: University, local development, university industry.

Sumario:

1. Introducción / 2. El desarrollo local: la perspectiva capitalista vs. Contrahegemónica / 3. Universidad y desarrollo local / 4. La Universidad de la Sierra Sur en Miahuatlán de Porfirio Díaz / 5. Los retos del desarrollo / 6. Reflexiones finales

1. Introducción

Rolim y Serra1 distinguen dos tipos de relación universidad-ciudad: las universidades que son de la ciudad y las que están en la ciudad. En este aspecto, las universidades que están en la ciudad no pertenecen a ese lugar, su estancia es un accidente o una disposición política ajena a los actores locales, están enfocadas a la realización de actividades académicas que poco o nada tienen que ver con la localidad. Son instituciones que no logran comprender la dinámica social y económica en que están insertas. Más bien, están comprometidas con el conocimiento universal y con temas de interés nacional o formando trabajadores para el mercado laboral.

Por su parte, las universidades que son de la ciudad están involucradas en la dinámica social próxima y procuran contribuir en la solución de sus problemas. No solo lo hacen a través de trabajos de investigación, prestación de servicios de salud o asesoría profesional -como es el caso de muchas universidades en México-, sino que están efectivamente ocupadas en formar profesionistas para atender las necesidades del entorno contiguo. Así, las universidades que son de la ciudad colaboran con instancias locales y nacionales como mediadoras en los conflictos y en la atención de las necesidades.2

Desde esta última perspectiva, la universidad requiere interacción con la ciudad, con la región y con los agentes sociales, contrario a la relación tradicional basada en la formación de capital humano e investigación orientada al sistema productivo y prestación de algún servicio a la comunidad.

El texto se centra en estos dos tipos de relación universidad-ciudad, destacando el papel que tienen en el desarrollo local: universidades que están en la ciudad, a) volcadas a las necesidades económicas nacionales y mundiales, con escasa relación con la ciudad que las aloja y b) cuya comunidad académica dinamiza la economía a través de la demanda de servicios; universidades que son de la ciudad.

Las universidades que están en la ciudad son un factor para el desarrollo económico y la competitividad nacional, y su papel está ampliamente documentado, principalmente cuando se destacan como formadoras de capital humano de alto nivel y en la atracción de inversiones al país y a la región. Los análisis de esta relación se encuentran en documentos sobre la conformación de clústeres como los propuestos por Michel Porter3 y en la conformación de sociedades y economías basadas en el conocimiento, como lo documenta la Unesco4 (Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura) o la OCDE5 (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Con afinidad a esa relación universidad-ciudad, se encuentran los estudios sobre la internacionalización de la educación superior, una perspectiva que observa a la comunidad universitaria como un importante mercado para las universidades de renombre internacional y como potenciales consumidores en las ciudades que las alojan. La empresa británica Quacquarelly Symonds, desde 2013, publica anualmente QS Best Students Cities, un estudio en el que identifica las ciudades más atractivas para los estudiantes.

Las ciudades de estudiantes (Students Cities), como Quacquarelly Symonds las nombra, son llamadas también ciudades universitarias o campus urbanos. Richard Dober6 las llama “Edutropolis”, una fusión de las palabras educación y metrópoli:

Una red metropolitana de centros de educación postsecundaria que sirve y ofrece su apoyo a una multitud de funciones educativas, sociales, económicas y culturales. En tales funciones se incluye la tríade tradicional de enseñanza, investigación y servicio a la comunidad y, de modo creciente, la mejora y ampliación de la comunidad, es decir, el desarrollo de la comunidad.7

Estas ciudades intensifican su economía a través de la demanda de servicios, para lo cual los habitantes disponen sus recursos y medios con el fin de atender a la comunidad universitaria. Es decir, personal docente, administrativo, de servicios y los propios estudiantes, quienes se convierten en consumidores de bienes y servicios que dinamizan la economía y promueven desarrollo local y regional, como es el caso que se abordará de manera empírica en el presente trabajo.

Las universidades que están en la ciudad aportan mediante el consumo de servicios, pero las que realmente actúan como detonadoras del desarrollo local son las universidades de la ciudad. Las universidades de la ciudad están comprometidas con el entorno próximo, sea la ciudad o la región. A lo largo de este texto, se busca llamar la atención sobre este tipo de universidades, instituciones que, dadas las condiciones del entorno, propician un conocimiento del contexto y proveen elementos teóricos para comprender las cosmovisiones locales sobre los recursos y condiciones económicas cercanas. De este modo, pueden contribuir a conservar lo que es necesario conservar y transformar lo que es conveniente transformar en la perspectiva de los propios actores locales.

2. El desarrollo local: la perspectiva capitalista vs. contrahegemónica

A pesar de que existen múltiples definiciones del concepto desarrollo, para este trabajo, es favorable acudir a la conceptualización que establece Cuervo González en “Ciudad y territorio en América Latina. Bases para una teoría multicéntrica, heterodoxa y pluralista”, documento publicado por la Cepal: “las capacidades de una sociedad determinada para, de un lado, formularse una representación colectiva, una idea socialmente construida de un estado deseado, de un deber ser, una aspiración de bien común; y del otro, desplegar los medios, materiales e inmateriales, para su consecución”.8

En consideración de Cuervo González, se vuelve posible plantear dos frentes respecto al desarrollo local: uno reproductor de la lógica capitalista tradicional en escala local y uno contra-hegemónico. Desde la perspectiva tradicional se visualiza la intervención gubernamental para organizar el desarrollo, considerando la incorporación de recursos económicos, técnicos, administrativos y humanos en la producción de bienes y servicios, para optimizar tiempos, aprovechar mejor los recursos y acelerar la producción y la acumulación de capital.

Esta noción de desarrollo es la más común y está asociada al progreso técnico, al crecimiento económico y al empleo asalariado. La imbricación entre los factores supone la existencia de empresas que aprovechan el entorno legal, los apoyos gubernamentales, las condiciones ambientales y laborales para establecerse y dar empleo a la población, la cual, al tener recursos monetarios, compra y dinamiza la economía. Desde esta óptica, el desarrollo está asociado a procesos y dinámicas económicas locales y nacionales, incluso internacionales. En estas dinámicas, se entiende que la universidad adecua sus procesos formativos, investigativos y de extensión a los de la industria y de los gobiernos; se trata de una organización del desarrollo desde arriba pensando en un contexto local que mira hacia lo global.

En oposición, el desarrollo local contrahegemónico parte de una concepción de solidaridad desde abajo, desde las personas que participan en los procesos impulsando su propio desarrollo, dinámico, constante y perdurable, orientado al vivir bien. El concepto contrahegemonía tiene sus raíces en Antonio Gramsci, quien entendió la hegemonía como un consenso de clase que se impone a otros diciéndoles cómo ser y estar en el mundo; una visión de progreso y acumulación ascendente, unicultural, basada en la extracción de recursos naturales y su explotación de forma acelerada. La contrahegemonía, por tanto, se opone a esa imposición desde arriba, al abuso de la naturaleza y “plantea los escenarios de disputa en el paso de los intereses particulares hacia los intereses generales, como proceso político clave hacia un bloque social alternativo”.9

El desarrollo local contrahegemónico se caracteriza por el protagonismo de los actores en la formulación de estrategias, en la toma de decisiones económicas y en su implementación. Este tipo de desarrollo nace a instancias de las personas en su más próximo contexto, son sujetos que observan las posibilidades del entorno y las aprovechan, independientemente de si su actuación está en consonancia con las políticas nacionales o estatales. En este tipo de desarrollo, se entiende que “los protagonistas de los procesos y de las dinámicas de desarrollo son los seres humanos. Esto significa, por tanto, que el reto es construir una teoría de los sujetos (individuales y colectivos) y no de los objetos: mercancías, tecnología, procesos productivos, instalaciones”.10

En este sentido contrahegemónico, el desarrollo atañe a los actores locales, a los grupos sociales, instituciones públicas y privadas, así como a las organizaciones no gubernamentales que promueven el beneficio propio y de su comunidad. De este modo, crean condiciones para configurar un ambiente de oportunidad común. En estas circunstancias, se constituyen otras dimensiones de ser ciudadano, en tanto se dan condiciones para crear un espacio de interacción entre personas, para recuperar la iniciativa y autonomía en la gestión de lo público, sin aceptar modelos paradigmáticos de desarrollo.11

Ahora bien, la conceptualización sobre el desarrollo local contrahegemónico es difícil de asir debido a la diversidad de facetas y modalidades en las que se presenta. Las personas actúan independientemente de lo que dicta la teoría. Como señala Pires, las sociedades locales viven una solidaridad que no siempre es consciente ni formulada como tal.

Si lo que hace la diferencia entre los modelos de desarrollo local es la especificidad de las experiencias, es posible suponer que el tipo de actor que promueve la transformación local no es deliberado. En algunos casos se presenta como un individuo-empresario-emprendedor, en otros casos como una organización (empresa o red de empresas), hay ocasiones en que se asume al territorio como un actor colectivo que hace posible el desarrollo.12

No es novedad que la teoría se quede corta cuando se trata de comprender la realidad. Esto ocurre con el desarrollo local contrahegemónico, cuando se trata de explicar las causas y situaciones que lo posibilitan porque ni las relaciones económicas son suficientes para comprender la riqueza de las relaciones humanas, ni las relaciones humanas explican por sí mismas el desarrollo. El desarrollo local se propicia por la interrelación de factores que van desde las decisiones individuales que confluyen con otras decisiones individuales, hasta la creación de condiciones por un factor detonante en el que media un entorno propicio.

3. Universidad y desarrollo local

Al realizar una revisión de diversos artículos sobre universidades públicas que están en ciertas ciudades de Brasil, Hoff, Amaral y Nascimiento13 encontraron lo siguiente:

  • Generan empleos y renta
  • Modifican la infraestructura local
  • Influyen en la demanda agregada
  • Movilizan el ambiente cultural
  • Potencian el ambiente empresarial
  • Dinamizan la economía tanto local como regional

Generan empleos y renta

La llegada de una universidad promueve la generación de empleos directos e indirectos, pues se contratan profesionistas y administrativos, así como personal de limpieza y mantenimiento. De manera indirecta, los habitantes de la ciudad potencializan sus oportunidades de empleo y autoempleo al ofrecer servicios a la comunidad universitaria hospedaje, alimentación, transporte, así como espacios deportivos, recreativos y culturales. La inyección de los recursos económicos en forma de salarios o ingresos por la prestación de servicios genera renta para lo localidad en su conjunto. El efecto es multiplicador: al momento en que los propios habitantes generan fuentes de empleo y autoempleo, se convierten en potenciales consumidores de otros productos y servicios.

Modifican la infraestructura local

Con la instalación de una universidad se incrementa la población y aumenta la demanda de servicios, principalmente de vivienda y escuelas. La infraestructura local se modifica ante la ampliación y demanda de otros servicios educativos, de habitación, transporte, deportivos, recreación y ocio, comercio, servicios públicos. De acuerdo con la dimensión y las características de la localidad, se pueden modificar la infraestructura y las vialidades, y se propicia la creación de diversos espacios públicos para atender las necesidades de las nuevas condiciones poblacionales.

Influyen en la demanda agregada

La modificación, ampliación o creación de infraestructura genera demanda agregada. Se conoce como demanda agregada a la suma del gasto en bienes y servicios que consumidores, empresas y gobierno están dispuestos a comprar. Se amplía o genera demanda agregada a través de inversiones, obras, equipamiento, mano de obra, habitación, transporte, recreación y ocio, servicios públicos, así como servicios inherentes a la propia actividad universitaria: papelerías, librerías, restaurantes, renta de equipo de cómputo. Además, la universidad tiene la capacidad de atraer inversiones al actuar en colaboración con agentes políticos, empresarios y representantes de la industria.

Movilizan el ambiente cultural

Como portadoras de capital cultural, las universidades contribuyen a la diseminación de nuevas ideas; a la sensibilización sobre la posibilidad de otras realidades, de otras formas de ser y hacer. Asimismo, contribuyen a la formación de ciudadanos informados y comprometidos con el desarrollo, en tanto propician el contacto con las más diversas actividades culturales. En el mejor de los casos, relacionan a la universidad con las realidades del ámbito local y regional; tratándose de estudiantes que llegan de distintas localidades y estados, la diversidad cultural también es grande, lo cual permite impulsar la sensibilidad hacia lo diferente, lo complejo.

Potencian el ambiente empresarial

Suscitan el surgimiento de nuevas actividades de inversión, principalmente en el área de servicios, debido a los recursos que se inyectan a través de las remuneraciones de docentes y administrativos, así como al consumo efectuado por los estudiantes. Las personas, los pequeños y grandes empresarios visualizan la consolidación de sus actividades productivas, así como la creación de nuevas actividades que atiendan la demanda de la comunidad universitaria. Estas universidades posibilitan el surgimiento de nuevas empresas, en un ambiente de innovación e incorporación de nuevas técnicas que les permitan ofrecer más y mejores servicios.

Dinamizan la economía tanto local como regional

Con las universidades ocurre la diversificación económica, especialmente de actividades vinculadas al sector servicios: bancos, comercio, transportes, comunicación, servicios de salud y educación en varios niveles para atender no sólo a la población local, sino a las personas que convergen en función de los trabajadores de la universidad y sus estudiantes. Señala Oliveira:

Las universidades ejercen un papel fundamental en la dinamización de los espacios regionales direccionando flujos y proporcionando una mayor articulación a escala territorial. Las universidades son instituciones portadoras de un elevado grado de organización y transformación de espacios, pues movilizan recursos humanos y financieros, que dinamizan las economías locales y regionales.14

En general, las universidades mueven la economía al incentivar el desarrollo de las actividades productivas de la región y promover el empleo y el autoempleo. En cierto punto, atraen más población para desarrollar las actividades que no pueden ser atendidas por la población local.

4. La Universidad de la Sierra Sur en Miahuatlán de Porfirio Díaz

La Universidad de la Sierra Sur (Unsis) es una de las 16 universidades pertenecientes al Sistema de Universidades de Oaxaca (Suneo). El Suneo tiene sus orígenes en 1990, cuando se creó la Universidad Tecnológica de la Mixteca.

El proyecto fue impulsado por el doctor Modesto Seara Vázquez y respaldado por el gobernador Heladio Ramírez; en lo sucesivo, por los gobernadores del estado, para incrementar el número de universidades en Oaxaca. Señala Seara Vázquez respecto al Suneo:

Una circunstancia importantísima que permitió el desarrollo y el éxito de este proyecto fue la amistad personal y el absoluto respeto a mi actuación como rector, por parte de los cuatro gobernadores con los que me tocó colaborar: Heladio Ramírez López, el que tuvo la idea inicial de crear las dos primeras universidades, que yo diseñé y desarrollé (la Universidad Tecnológica de la Mixteca y la Universidad del Mar, Campus Puerto Ángel); Diódoro Carrasco que les dio continuidad; José Murat, que decidió su ampliación por todo el territorio de Oaxaca y Ulises Ruíz, que casi triplicó la cobertura y las consolidó y completó.15

Las Universidades para el Desarrollo, nombre bajo el cual se crearon las universidades del Suneo, son un instrumento cultural para transformar la sociedad, mediante el estudio sistemático e inventario de los recursos dentro de su alcance académico, territorial y académico:

La universidad ha de actuar como acelerador de ese desarrollo; en primer lugar, con la formación de profesionistas de alta calidad que hagan atractivo para los empresarios o para el Estado lanzar empresas en los campos de especialización de las propias universidades. Pero, además, porque la universidad pueda ofrecer capacitación para trabajadores de niveles profesionales más bajos. Igualmente, debe actuar como asesora, con el apoyo de sus profesores y de los laboratorios y talleres de los institutos de investigación, para el desarrollo de nuevos productos o la solución de problemas de la producción.16

En el proyecto, Seara Vázquez considera también la conveniencia de brigadas promotoras de desarrollo, basadas en la asistencia técnica a las comunidades. Esto con el fin de apoyarles en “el combate a plagas, conservación de suelos, reforestación, cuidado de los animales domésticos, introducción de cultivos nuevos”,17 entre otras actividades para ayudar a comunidades marginales a vivir. Son “universidades de dimensiones limitadas, situadas en zonas deprimidas y creadas para servir de instrumentos culturales de transformación del entorno social.”18

Bajo este concepto de desarrollo hegemónico, se adhirió al Suneo la Universidad de la Sierra Sur. La Unsis “había comenzado sin una definición concreta y al margen totalmente del proyecto que yo tenía encomendado”, apunta Seara Vázquez.19 La universidad fue inaugurada por José Murat y Carlos Salinas de Gortari y “a los pocos meses, el proyecto era un auténtico desastre, con una infraestructura muy elemental, un equipamiento mínimo y un profesorado en gran parte improvisado, lo que provocó la desmoralización general y el abandono por parte de los alumnos”.20 Por ello, de acuerdo con Seara, el gobernador le pidió que añadiera esta universidad a la UTM y a la Umar.

Originalmente, la Universidad de la Sierra Sur se creó como una universidad de la región, configurada con y por actores de la región, quienes vieron conveniente la creación de una institución que atendiera a los jóvenes de los municipios cercanos a Miahuatlán. Con ello, se buscaba también distanciarlos de potenciales brotes de violencia en un momento en el que el EPR (Ejército Popular Revolucionario) parecía estar presente en la región.21 Asimismo, tenía por objeto brindarles opciones educativas ante las escasas posibilidades económicas para vivir en la ciudad de Oaxaca e ingresar a la UABJO (Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca), o migrar a otras entidades federativas para acceder a la educación superior.

El proyecto original de establecer una institución que brindara servicios de educación superior en Miahuatlán nació por iniciativa del presidente municipal durante el periodo 2000-2002, Amando Bohórquez, quien consciente de la importancia histórica y estratégica de Miahuatlán como polo de desarrollo de la región, inició las gestiones para la creación de la universidad. Guillermo Rojas Mijangos, oriundo miahuateco y propietario de grandes extensiones de terreno al noroeste de la zona urbana, donó las 10 hectáreas requeridas para la construcción del edificio que albergaría a la universidad. Tras ello, se procedió a la construcción de las primeras aulas y oficinas en el año 2000, de modo que la universidad fue inaugurada en octubre del mismo año, con 15 catedráticos y 121 alumnos, bajo las siglas USS, Universidad de la Sierra Sur.22

Previamente, en 1999, las autoridades locales habían convocado a profesionistas, mediante perifoneo por las calles de Miahuatlán y otras localidades, a participar en el proceso de selección de docentes. Fue así como se convocó al cuerpo docente de la universidad que se crearía en la ciudad para dar educación superior a los jóvenes de la región. Al llamado acudieron profesores del CBTIS (Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios), profesionistas sin experiencia docente y profesores del ITO (Instituto Tecnológico de Oaxaca). Se presentaron más de cien aspirantes.23

Para hacer funcionar la universidad, se había creado un fideicomiso administrado localmente; sin embargo, entre problemas de administración y rumores sobre la falta de validez de los estudios, estudiantes y profesores fueron abandonando la universidad. Los profesores de otras instituciones educativas regresaron a ocupar sus plazas y dejaron a la universidad que en ese momento no parecía ofrecer garantía ni certeza de continuidad. Un año más tarde, Modesto Seara Vázquez acudió a la universidad para invitar a docentes, administrativos y estudiantes a adoptar el modelo de la UTM y de la Umar, mismas que Seara tenía a su cargo como rector. Los invitó a visitar la UTM para que la comunidad de la USS viera la infraestructura, la forma de trabajo y todo aquello que podía resultarles importante para tomar la decisión. Dadas las circunstancias por las cuales atravesaba la USS, la comunidad universitaria decidió unirse al Suneo.24

La Unsis se convirtió en una universidad que está en la ciudad de Miahuatlán. El impacto que tiene en la región es alto, tanto por ser la oportunidad para más de 90% de los jóvenes que son la primera generación en realizar estudios universitarios, como por acelerar los procesos de generación de empleos y dinamizar la economía de la ciudad y de las localidades vecinas.

La región Sierra Sur está conformada por 4 distritos, 67 municipios; 1648 localidades, 1578 de ellas rurales (95.8%).25 La región abarca una superficie de 14 753 km2, y tiene una población aproximada de 330 823 habitantes.26 De su población total, 47% habla una lengua indígena, y 34 de los municipios tiene población originaria superior a 40%.27 Los principales grupos etnolingüísticos son zapotecos, chinantecos, mixtecos, chatinos, chontales, amuzgos y triquis.

La Sierra Sur es una de las regiones más biodiversas de la entidad: alta montaña, valles, lomeríos y pastizales que se extienden hasta las planicies costeras.28 De acuerdo con los indicadores monetarios del Coneval, económicamente está compuesta por 60% de municipios con muy alta marginación y 10% alta marginación, y 8% es de marginación media. Las familias de la región se dedican predominantemente a la actividad forestal, manejada por particulares o por la comunidad, que vende su madera a los aserraderos. La agricultura está conformada por maíz y frijol a baja escala, así como hortalizas para el mercado local y el autoconsumo; la ganadería es de traspatio. A nivel artesanal, se producen mezcal y productos de palma.29

En esta región, hay 42 382 jóvenes de entre 18 y 22 años. En el ciclo 2015-2016 egresaron 2950 jóvenes del nivel medio superior, de ellos, 21% logró ingresar a alguna de las tres IES regionales,30 pasando a formar parte de los 2304 jóvenes que están realizando estudios superiores en la Unsis, en la Universidad Tecnológica o en la Normal de Yautepec.31

Actualmente, laboran en la Unsis 216 catedráticos y se encuentran matriculados 1682 alumnos, distribuidos en siete carreras: Medicina (de reciente creación, en 2018), Enfermería, Nutrición, Ciencias Empresariales, Administración Pública, Administración Municipal, e Informática.

La Unsis, como otras instituciones de educación superior en ciudades pequeñas, contribuye al desarrollo local a través de la generación de empleos y el aumento de la demanda de vivienda en renta. Del personal de vigilancia, mantenimiento y aseo, 98% es originario de Miahuatlán o municipios de la región. La universidad emplea a 6 oficiales de mantenimiento, 7 auxiliares generales, 19 intendentes y 6 jardineros. A su vez, la parte académica de la Universidad está conformada por 199 catedráticos, en su mayoría originarios de otras entidades federativas; 53 técnicos, en su mayoría originarios de la región y el municipio, así como 20 secretarias, todas ellas originarias de la región; 3 choferes y 7 auxiliares generales.32

En cuanto a la matrícula estudiantil, solo 27% es originaria de la región Sierra Sur, únicamente 13% de los estudiantes es oriundo de la ciudad. En consecuencia, existe demanda de habitaciones, casas y departamentos de 87% de los jóvenes.33

Indiscutiblemente, la población foránea modifica la infraestructura local. Uno de los efectos más perceptibles es la expansión de la superficie urbana consolidada, es decir, el espacio donde las construcciones son continuas y cuentan con los servicios públicos básicos.

Tabla 1.

Tasa de expansión urbana de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca (1990-2017)34


Periodo Aumento en hectáreas Tasa de expansión urbana %
1990-2000 24 9.9
2000-2005 84 25
2005-2012 70 17.6
2012-2017 133 26.8

Como se observa en la tabla, producto de la investigación de Misael Ramírez Juárez, egresado de la Licenciatura en Administración Municipal de la Unsis, el crecimiento del área urbana en la década de 1999 al 2000 es de apenas 9.9%. Sin embargo, en el periodo comprendido de 2000 a 2005, año en que la USS pasa a ser parte del sistema Suneo como Unsis, Miahuatlán tuvo, en un periodo de apenas 5 años, un crecimiento que casi triplica al de la década anterior. Este crecimiento del área urbana se atribuye al incremento de vivienda que generó la migración de estudiantes, docentes y administrativos. Se mantiene de 2005 a 2012 (70 hectáreas y 17.6%). En este periodo se establecieron en la ciudad tiendas comerciales como Bodega Aurrera, Elektra y Coppel, lo cual generó ofertas de empleo, al tiempo que estas provocaron una caída en las ventas de las empresas locales.

El otro aumento significativo en el crecimiento del área urbana consolidada de Miahuatlán de Porfirio Díaz se dio de 2012 a 2017, cuando esta aumentó en 133 hectáreas lo cual significó un incremento de 26.8%. Esta considerable ampliación se puede atribuir al establecimiento del Centro Federal de Reinserción Social núm. 13 (Cefereso).

Si bien la creación de la Unsis puede considerarse como un elemento clave en el proceso de crecimiento económico y expansión del área urbana en Miahuatlán, es importante mencionar el impacto en el crecimiento urbano que tuvieron la 44 Zona Militar y el Cefereso que, a pesar de no estar ubicados en el área urbana consolidada, están muy próximos a ella.

La construcción de los edificios que albergan la 44 Zona Militar inició en 1933, ocupaban aproximadamente 90 hectáreas de superficie sobre terrenos vendidos por Jorge López Audelo. Actualmente, la zona militar alberga a un total de 725 personas del ámbito castrense.35

Por su parte, la construcción del Centro Federal de Readaptación Social inició en 2011, en terrenos de la agencia municipal de Mengolí de Morelos, ubicada al noroeste del área urbana de Miahuatlán. En la actualidad, tiene contratadas aproximadamente a 2300 personas que radican en la ciudad, entre personas originarias, de otras regiones del estado y de otras entidades federativas.

5. Los retos del desarrollo

Los efectos del crecimiento poblacional y urbano de Miahuatlán que se pueden relacionar con el crecimiento universitario han sido positivos, en términos del incremento en la oferta educativa e institucional, así como de la demanda de bienes y servicios, los cuales han repercutido en el crecimiento económico a nivel local. Sin embargo, el aumento de población y área urbana representan también serios retos para la administración municipal.

A través del análisis de entrevistas a personajes clave de la comunidad universitaria miahuateca, así como de una revisión bibliográfica de material publicado respecto al tema y utilizando técnicas de estadística descriptiva, podemos concluir que, mientras algunos miahuatecos se ven enormemente beneficiados por el crecimiento urbano y poblacional, también hay quienes resienten los efectos ambientales de este fenómeno. En 2017, se aplicó a habitantes miahuatecos una encuesta muestral sobre los principales efectos de la expansión del área urbana, 67% de ellos señaló que el más fuerte se refiere al aumento de residuos sólidos en tiraderos clandestinos en diferentes puntos del área urbana.36 También la demanda de agua ha aumentado sin que la oferta de agua potable entubada llegue a más de 50% de las colonias miahuatecas. Asimismo, el uso del suelo se ha transformado drásticamente, pues las tierras de cultivo se han convertido en área de asentamiento humano.

Con el desarrollo urbano, llegaron también las problemáticas emocionales que este conlleva. En la encuesta citada, 9% de la población declaró haber desarrollado estrés, frustración e incluso desesperación debido al aumento del tráfico y del ruido en el área urbana. Esta situación se ve agravada por la ausencia de un reglamento de tránsito a nivel municipal.37

El casi exponencial crecimiento de colonias en los últimos años en Miahuatlán -pasaron de 12 a 45 colonias en un periodo de 20 años- ha puesto en aprietos al servicio de pavimentación de calles por parte del municipio. En la zona urbana, 37% de las calles no están pavimentadas y las que lo están tienen baches y topes.38 El problema aumenta conforme las colonias se alejan del centro de la ciudad.

Así, mientras algunos habitantes han podido capitalizar la llegada de la universidad, otros agentes económicos no han mostrado interés o carecen de capital para invertir y atender las demandas de servicio. Uno de los problemas acuciantes se refiere a la comunicación, particularmente a la conectividad a internet. En Miahuatlán hay dos posibilidades de conexión: la telefonía que proporciona Telmex y un servicio satelital. Ambos servicios están saturados.

El desarrollo económico que han traído consigo el crecimiento estudiantil de la Unsis y el establecimiento del Cefereso es de distinta índole. Mientras ambos fenómenos inciden en el crecimiento de la zona urbana miahuateca y la oferta de bienes y servicios, la universidad moviliza también el ambiente cultural. Una consigna del Suneo es establecer una librería en cada uno de los lugares en donde erige una universidad. “Es interesante señalar que se está creando una costumbre de visitar las librerías, sobre todo al atardecer. Compren o no los libros, el público que llega los hojea e incluso leen partes de ellos, aunque sea medio clandestinamente. Lo que importa es familiarizarlos con la lectura.”39 Además, la población que atrae la Unsis son estudiantes y profesores investigadores universitarios, lo cual aumenta el nivel cultural de la ciudad.

En general, se puede afirmar que Miahuatlán ha sufrido un proceso de desarrollo urbano en los últimos 15 años y que este se puede atribuir, en parte, al crecimiento de la Unsis, así como al establecimiento del Cefereso. Este fenómeno representa un reto para el gobierno municipal, que no ha logrado reglamentar ni planificar el proceso de expansión urbana ni capitalizar en forma de impuestos el alza de precios de los terrenos urbanos colindantes con la Unsis. Esta ausencia, tanto de servicios públicos de calidad como de instrumentos normativos que regulen el fenómeno de expansión urbana, origina problemas sociales que es necesario afrontar.

6. Reflexiones finales

En regiones poco industrializadas, el efecto de las universidades es significativo, contrario a lo que ocurre en regiones altamente industrializadas, donde si bien el efecto es importante, es estadísticamente insignificante.40 La Unsis provee una doble ventaja. Por una parte, ofrece servicios educativos gratuitos a población en condición de desventaja, fomenta la investigación sobre determinados temas entre lo global y lo local, facilita servicios de extensión hacia la comunidad, con especial importancia la prestación de servicios de salud a la población de bajos recursos. Por otra parte, promueve el desarrollo local a través de la generación de empleos, y la dinamización de la economía, mediante inversiones públicas y privadas de pequeños y grandes empresarios, por medio de los recursos de la población flotante y semifija que llega tanto a estudiar como a trabajar en la universidad.

La evidencia empírica muestra que el crecimiento y consolidación de la Unsis ha tenido un fuerte impacto en el entorno inmediato del campus universitario. El impacto esperado se refiere a la formación de recursos humanos de calidad, así como a la generación de investigación especializada y los proyectos de promoción de desarrollo. En este sentido, se cuenta con datos contenidos en los informes que presenta el Suneo en la gestión de sus recursos y que ha sido reconocida como eficiente. Sin embargo, no abundan investigaciones que reporten las dimensiones a través de las cuales las universidades del Suneo han generado, con el paso del tiempo, procesos de cambio social en sus localidades y su impacto a nivel regional.

En este artículo, se muestra evidencia del proceso sinérgico de activación local de la economía miahuateca que ha traído consigo el crecimiento de la Unsis y, derivado de ello, argumentamos la importancia de dicha información en los procesos de diseño de estrategias de desarrollo local.

De esta manera, se puede afirmar que la Universidad de la Sierra Sur está en Miahuatlán de Porfirio Díaz, y si bien se lleva a cabo investigación relevante para el entorno, es desde visiones apegadas a la visión global, principalmente en todos aquellos aspectos relacionados con la visión de desarrollo hegemónico. La vinculación que ofrece se lleva a cabo a través de los servicios de la clínica universitaria; sin embargo, hace falta el diálogo, el reconocimiento de lo que la región, con su gran riqueza cultural, étnica, política, social, lingüística, biodiversa, puede aportar.

Cada vez es más recurrente leer y escuchar que necesitamos desaprender prácticas que han contribuido a devastar el medioambiente y que “los pueblos indígenas de México son clave para generar un nuevo modelo de sociedad, donde se intenta afrontar la crisis civilizatoria y ambiental a nivel mundial”.41

La convivencia con la biodiversidad regional ha hecho que esas comunidades probaran, desecharan o desarrollaran el uso de plantas, insectos y animales como alimento, medicina, vestimenta, limpieza corporal o vivienda. Por esta razón, los pueblos indígenas y las comunidades locales han sido reconocidos como sujetos sociales centrales para la conservación y el desarrollo sustentable en el artículo 8j del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como en las respectivas Conferencias de Partes post Río de Janeiro, de las cuales México es signatario.42

Una universidad que sea de la ciudad, comprometida con el entorno próximo, además de mirar hacia el contexto global y las nociones de desarrollo hegemónicas, puede contribuir a recuperar y a enaltecer el ser de las poblaciones que confluyen en Miahuatlán por circunstancias económicas, políticas o sociales. Con una universidad de la ciudad, es posible pensar universidades que tomen en consideración a los pueblos originarios y den sentido a las palabras pronunciadas por la comandanta Ramona en octubre de 1996 en el Zócalo de la Ciudad de México: “Nunca más un México sin nosotros. Eso queremos, un México donde todos tengamos un lugar digno”.

Sin duda, la universidad puede contribuir a relacionar a los estudiantes con la realidad regional, analizarla desde múltiples perspectivas y fomentar la necesidad de comprenderla para poderla transformar, respetando las también múltiples cosmovisiones que se tienen en la región.

Es una excelente propuesta la del Suneo; con una clara comprensión de la multiculturalidad del estado y de la riqueza cultural, social y política, podría aprovechar mejor la simbiosis universidad-ciudad, contribuyendo a enriquecer las visiones más comunes. Así, podríamos aprovechar los fines de la universidad para dar rumbo y congruencia a las necesidades reales del estado, de la población y de los avances científicos, en consonancia con un entorno tan rico y valioso para la cultura mundial como es Oaxaca.


1.

fn1Rolim, C. y Serra, M., Impacto de la formación y cooperación de la educación de nivel superior en las dinámicas africanas contemporáneas, Lisboa, Congresso Ibérico de Estudos Africanos, 2010.

2.

fn2Ibidem.

3.

fn3Porter, M., The competitive advantage of nations, New York, Macmillan, 1990.

4.

fn4unesco, Hacia las sociedades del conocimiento, Francia, UNESCO, 2005.

5.

fn5OCDE, The knowdledge-based economy, París, OCDE, 1996.

6.

fn6Dober, R., “Edutrópolis: el surgimiento de un paradigma del siglo xxi”, Ciudad y universidad. Ciudades universitarias y campus urbanos, Lleida, Milenio, 2000, pp. 15-22.

7.

fn7Idem, p. 17.

8.

fn8Cuervo González, L. M., Ciudad y territorio en América latina. Bases para una teoría multicéntrica, heterodoxa y pluralista, Santiago, CEPAL, 2017, p. 14.

9.

fn9Hidalgo Flor, F., “Contrahegemonía”, cicies, Pensamiento Latinoamericano y Alternativo, 2018. [Consulta: 25 de julio, 2018]. Disponible en: http://www.cecies.org/articulo.asp?id=167

10.

fn10Cuervo González, L. M., Ciudad y territorio en América latina. Bases para una teoría multicéntrica, heterodoxa y pluralista, Santiago, CEPAL, 2017, p. 33.

11.

fn11Almeida Martins, R., Vaz, J. C. y De Lima Caldas, E., “A gestão do desenvolvimento local no Brasil: (des) articulação de atores, instrumentos e território”, Revista de Administración Pública, núm. 3, vol. 44, pp. 559-590.

12.

fn12Pires, E., “As logicas territoriais do desenvolvimento: diversidade e regulação”, Interações, vol. 8, núm. 2, pp. 155-163.

13.

fn13Nayar Hoff, D., Amaral Pereira, C. y Nascimento de Paula, L. G., “O impacto da universidade pública no desenvolvimento regional sob a luz da literatura internacional”, Redes, vol. 22.

14.

fn14Oliveira, A., “A universidade como polo de desenvolvimento local/regional”, Caderno de Geografia, vol. 24, p. 10.

15.

fn15Seara Vázquez, M., Un nuevo Modelo de Universidad. Universidad para el desarrollo, Oaxaca, Universidad Tecnológica de la Mixteca, 2010, p. 152.

16.

fn16Idem, p. 92.

17.

fn17Ibidem.

18.

fn18Idem, p. 155.

19.

fn19Idem, p. 178.

20.

fn20Idem, p. 179.

21.

fn21Comunicación personal, Ordaz Zurita, F., 2016.

22.

fn22Ramírez Juárez, M., Análisis del proceso de expansión del área urbana de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca (19902017), Tesis para obtener el grado de licenciado, Miahuatlán de Porfirio Díaz, UNSIS, 2018.

23.

fn23Comunicación personal, Ordaz Zurita, F., 2016.

24.

fn24Idem

25.

fn25CIEED, Carpeta regional. Sierra Sur. Información Estadística y Geográfica Básica. [En línea] 2010.

26.

fn26Idem

27.

fn27Inafed, Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones en México, Inafed, 14 de abril, 2017. Disponible en: http://siglo.inafed.gob.mx/enciclopedia/EMM20oaxaca/index.html

28.

fn28Idem.

29.

fn29Idem.

30.

fn30SNIE, Subsecretaría de Planeación, Evaluación y Coordinación, “Estadística del Sistema Educativo Oaxaca, ciclo escolar 2015-2016”, SNIE, Subsecretaría de Planeación, Evaluación y Coordinación, 2016. Disponible en: http://www.snie.sep.gob.mx/descargas/estadistica_e_indicadores/estadistica_e_indicadores_ educativos_20OAX.pdf

31.

fn31Idem

32.

fn32UNSIS, “Cumplimiento a la Ley General de Transparencia”, Universidad de la Sierra Sur, 2018. [Consulta: 10 de agosto, 2018]. Disponible en: http://www.unsis.edu.mx/transparencia/obligaciones.html

33.

fn33Ibidem.

34.

fn34Ramírez Juárez, M., op. cit.

35.

fn35Ibidem.

36.

fn36Ibidem.

37.

fn37Ibidem.

38.

fn38Ibidem.

39.

fn39Seara Vázquez, M., op. cit., p. 178.

40.

fn40Nayar Hoff, D., Amaral Pereira, C. y Nascimento de Paula, L. G., op. cit.

41.

fn41Boege, E., El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas en México, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia - Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, p. 14.

42.

fn42Idem, p. 17.

Referencias
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