¿Erradicar la pobreza o empobrecer las alternativas? 1
Marx, en una carta a Pável Vasílievich del 28 de diciembre de 1846, mencionó que la construcción social de los conceptos refleja las relaciones materiales de una sociedad particular. Las relaciones sociales expresan su desenvolvimiento en los conceptos, por ejemplo: riqueza y pobreza, dos conceptos no definidos como un proceso antagónico, sino como una expresión cuantitativa, producto de las relaciones sociales capitalistas. Para Marx,
Los hombres que producen las relaciones sociales con arreglo a su productividad material (productivité matérielle) crean también las ideas y las categorías, es decir, las expresiones ideales abstractas de esas mismas relaciones sociales. Por tanto, estas categorías son tan poco eternas como las relaciones a que sirven de expresión. Son productos históricos y transitorios. 2
En el capitalismo, los conceptos construidos para expresar su desenvolvimiento son producto de la manifestación de sus relaciones sociales: relaciones de producción y consumo, en función de la acumulación de capital. A pesar de la imposición de los conceptos hegemónicos, se vislumbran otras definiciones por fuera de las interpretaciones dominantes, configuradas por sujetos sociales que viven en los márgenes de la sociedad capitalista. A esta exploración de los conceptos nos invita Miriam Lang, en su libro ¿Erradicar la pobreza o empobrecer las alternativas?
En tres capítulos, la autora explora la significación del concepto de pobreza, como un mecanismo de poder. Así, se establece un marco de comprensión unidimensional moderno-occidental, mientras las medidas sociales que se adoptan para su erradicación son prácticas en las que subyacen efectos de poder.
Lang, en el primer capítulo, nos invita a problematizar el concepto de pobreza. La definición del concepto construye un modelo único de reproducción de vida, enmarcado en un sujeto social determinado para la reproducción y consumo de la vida social capitalista. Entonces, este es un constructo sociocultural suscrito a la noción de desarrollo. La autora observa la imposición hegemónica del concepto sobre la base de la perpetuación del modo de vida moderno-occidental. Este se encarga de establecer un discurso instrumental sobre un tipo de vida social determinado, dentro de los patrones de la reproducción social capitalista. En el arraigo del concepto subyace un modo de vida moderno, imperial, 3 con mecanismos de producción y consumo establecidos para los individuos de la sociedad global, o la imposición de una “identidad franca” que pretende universalizarse en todos los habitantes del planeta, como ejercicio participativo de una “vida civilizada”. 4
El estándar del desarrollo ha predominado como un mecanismo homogéneo de medición, ampliado a nivel global, para determinar el nivel de cualidades dentro del marco de la modernidad capitalista. La comunidad ratifica cualidades únicas como válidas, perpetuando el modelo de reproducción social y un tipo único de sujeto. El concepto de desarrollo, ligado al crecimiento económico infinito, intenta homologar al grueso social en un parámetro unidimensional, cerrando la visión a otras perspectivas de reproducir la vida ―con conocimientos propios, formas de organización social y subjetividades; alteridades alternativas subyacentes el mundo―.
El concepto de pobreza ligado a las cualidades o características capitalistas rechaza e invisibiliza modos de vida diferentes, considerándolos como ineficientes, por suscribirse fuera de los márgenes sociales de la “vida civilizada”. Diversas concepciones de pobreza y riqueza se encuentran en los horizontes de reproducción de la vida, entre diversos sujetos y localidades, cada uno dotado de sus cualidades sociales propias. No contemplan una significación única y homogénea, es decir, no se avista un carácter monodimensional de la pobreza.
Lang nos ofrece perspectivas sociales alternativas, constructoras de formas diferenciadas de organización social, sustentadas en su carácter ontológico como herramientas alternativas de reproducir la vida. Para ello, en el segundo capítulo, analiza los discursos de pobreza en Ecuador durante el gobierno progresista; reflexiona sobre los efectos en los ámbitos sociales y culturales ocasionados por la pretensión de combatir la pobreza. Para la autora, los proyectos de combate a la pobreza, en sentido redistributivo del gobierno progresista ―con los parámetros del crecimiento y desarrollo― representan formas violentas de imposición de una identidad homogénea, suscrita a la reproducción de la vida de la modernidad capitalista.
La superación de la pobreza implicó la apropiación del concepto de buen vivir o sumak kawsay y su reiteración en un discurso orientado hacia el progreso y desarrollo. En los proyectos impulsados por el gobierno de la revolución ciudadana, en la Amazonía ecuatoriana, se contempla la definición del buen vivir como un proyecto de desarrollo, enmarcando su práctica moderna occidental. Desde la resignificación de un concepto ancestral y la carencia de los principios representativos del mundo andino, el buen vivir, empleado por el gobierno progresista de Rafael Correa, transitó de una alternativa al desarrollo a una propuesta de desarrollo.
El concepto y su potencialidad alternativa para construir otro mundo de vida posible fue despojado de sus cualidades epistémicas y ontológicas, aquellas que han resistido de manera transfigurada a los largo de los años, contra el poder dominante. La transformación de un concepto alternativo hacia la perspectiva del desarrollo moderno occidental limitó la capacidad de otro horizonte civilizatorio posible.
Para la autora, los proyectos impulsados en la Amazonía ecuatoriana para erradicar la pobreza evidencian un enfrentamiento ontológico y epistemológico entre las comunidades amazónicas y la propuesta de desarrollo del gobierno. Al enfrentarse la subjetividad moderna capitalista con subjetividades alternativas, se intenta imponer como perspectiva única, como el horizonte de progreso social civilizatorio y superador de la pobreza. En este sentido, la interculturalidad se ve mermada al implantar un solo modo de vida.
Para la autora, los proyectos de desarrollo insertan violentamente lógicas de despojo de territorios y de modos de vida, es decir, una pérdida material y simbólica de formas alternativas de vivir. Por lo tanto, la superación de la pobreza se convierte en la expansión del modelo de vida moderno occidental, al establecer estándares de medición que “invisibiliza[n] factores cruciales para la calidad de vida” y que suprimen otros modos alternativos de vivir.
En este sentido, el combate a la pobreza, bajo un modelo homogéneo, restringe la autonomía de los sujetos que viven al margen del desarrollo capitalista y obstaculiza formas alternativas de reproducción de la vida. Echeverría considera que el modelo de pensamiento en función de desarrollo, con la aplicación de la ciencia y la tecnología como pilares fundamentales, ha generado la continuidad en el proceso de devastación de la naturaleza, acompañada de la devastación de los pueblos. 5
La incorporación de la modernización capitalista en la Amazonía ecuatoriana reestructura el modo de la vida social de los pobladores de la zona, lo transforma en uno ajeno, donde se modifican el tiempo, el espacio y la forma de reproducir. Los efectos significaron la pérdida de la confianza de los pobladores en su autodeterminación y, como afirma Lang, “el despojo de la energía social transformadora construida en décadas anteriores y de los múltiples procesos de construcción o reapropiación de lo común que esta había generado”.
En el tercer y último capítulo, la autora analiza, desde el contexto ecuatoriano, el impacto de los proyectos de erradicación de la pobreza. Las iniciativas impulsadas representaron “el despojo de la experiencia vivida colectivamente de autoeficacia”, perdiendo su capacidad de autonomía relativa. En este sentido, Lang evidencia cómo los proyectos del gobierno progresista en favor de la redistribución impulsaron un modelo de desarrollo colonial moderno capitalista. Así, este invisibilizó otras formas de reproducir la vida, en relación armónica con la naturaleza y organizados en función de la vida.
La inclusión circunscribió un proceso de incorporación hacia las relaciones sociales de la modernidad capitalista, una transformación económica y social de su modo de vida y la expansión del modo de vida moderno occidental. De tal modo, se sobrepuso una episteme y una ontología universales, sustentadas en la racionalidad económica del capitalismo.
Para la autora, las políticas contra la pobreza suprimieron la emergencia de alternativas ante la crisis civilizatoria. Los proyectos impulsados por el gobierno progresista y sus políticas redistributivas de combate a la pobreza pretendían erradicarla, bajo el modelo de desarrollo sustentando en megaproyectos y extractivismo, propio de las llamadas izquierdas progresistas. Sin embargo, como afirma Lang, “invisibilizó otras formas de concebir la materialidad, la naturaleza, y otros modos de vida que no estaban organizados alrededor del crecimiento material ilimitado, sino de la sostenibilidad de la vida”.
En conclusión, el análisis de Lang visualiza críticamente la propuesta de erradicación de la pobreza a cargo del gobierno progresista de la revolución ciudadana, bajo el extractivismo y el modelo de desarrollo. Enfatiza en la necesidad de mirar otras propuestas alternativas de reproducir la vida, aquellas que habitan en los márgenes de la reproducción social capitalista, aquellas que construyen, desde su episteme y ontología, formas de vida con capacidad transformadora, en tiempos de crisis civilizatoria.
fn1 Lang, Miriam, ¿Erradicar la pobreza o empobrecer las alternativas?, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar-Ediciones Abya-Yala, 2017, pp. 160.
fn2 Marx, Carlos, Carta a Pável Vasílievich Annenkov, 28 de diciembre, 1846, Bruselas, Bélgica, en Carlos Marx y Engels, F., Obras escogidas, tomo 1, pp. 531-542. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m28-12-46.html
fn3 Brand, Ulrich y Wissen, Markus, 2013, “Crisis socioecológica y modo de vida imperial. Crisis y continuidad de las relaciones sociedad-naturaleza en el capitalismo”, en Miriam Lang y Alejandra Santillana, (comp.), Más allá del capitalismo/colonialismo del siglo XXI, pp. 445-470, Quito, Fundación Rosa Luxemburgo-Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo-Abya Yala.
fn4 Echeverría, Bolívar, Modernidad y blanquitud, México, Ediciones Era, 2016, p. 88.
fn5 Ibidem, p. 40.
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