Las implicaciones del tatuaje en México

Resumen

EL TATUAJE COMO MODA

El tatuaje como rito social aparece y desaparece de forma cíclica como lo define Arnold Toynbee (Toynbee, 2014)

En la actualidad, la fuerza con que ha resurgido el uso de tatuajes se debe en gran parte a la publi­cidad asociada con figuras del deporte, el espectá­culo o la cultura, que utilizan su piel como lienzo, y a la importancia que, por repercusión social, más que por valía intrínseca, tienen estas personas que influyen en la masa. Esto sin demeritar el va­lor identitario que representa el portar un tatuaje con una alta carga simbólica, o simplemente como una forma de expresión ante un hecho memorable o trascendente en la vida de cada individuo.

De esta forma, el tatuaje se percibe como un arte y adicionalmente como una forma de expre­sión corporal, tanto, que se ha convertido en algo habitual en nuestro tiempo. Cada vez más gente decide llevar un diseño en la piel. De esta manera, consigue que le quede reflejado para siempre aque-llo con lo que se siente identificado, les representa o les gusta.

EL TATUAJE COMO INDUSTRIA

El incremento de dibujantes de la piel, se atribuye a que los tabúes respecto a los tatuajes se han re­lajado con el tiempo, y a que redes sociales como Facebook e Instagram, permiten presentar el que­hacer de estos artistas.

En México cerca de 12 millones de personas están tatuadas, estima el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (conapred). Eso colo­ca al país como el número uno en América Latina, con ingresos, para los dedicados a esta actividad, superiores a los 450 millones de dólares (mdd), según la consultora Ibis World. Por una imagen de hasta cuatro centímetros, los mexicanos pagan de 35 a incluso 100 dólares, es decir, entre 670 y 1,950 pesos (Medina, 2019)1.